«Q», el primer asistente de voz que no tiene género

Le pusieron de nombre «Q» y fue mostrado al público hacia mediados de marzo de este año. Su objetivo es «acabar con el sesgo de género en los asistentes de inteligencia artificial», explican sus creadores en el sitio web de Q. «Las tecnológicas a menudo adoptan tecnologías de géneros creyendo que eso hace que la gente se sienta más cómoda para adoptarlas«, señalan.

En el caso de los asistentes de voz, el género que predomina es el femenino: Siri, Alexa, Google Assistant, Cortana y Bixby tienen voz de mujer. «Lamentablemente, eso refuerza una percepción binaria del género y perpetúa los estereotipos que muchos han luchado duramente por superar», sostienen los investigadores, que describen Q como «un ejemplo de lo que esperamos del futuro».

Ellos dicen que, «a medida que la sociedad sigue desglosando el género binario, reconociendo a quienes no se identifican ni como hombre ni como mujer, la tecnología que creamos debería aplicarlo». Por eso crearon Q. Y suena así:

Q es resultado de una colaboración entre Copenhagen Pride, el festival anual de derechos humanos más grande de Dinamarca, enfocado en temas LGBT, la organización Equal AI -destinada a «reducir sesgos en el desarrollo de inteligencia artificial»- varias agencias creativas y un estudio de sonido basado en Copenhague.

Descubrieron que tendrían que establecer una frecuencia situada entre una típica voz masculina (tan grave como 85 Hz) y una femenina (tan aguda como 255 Hz). La medida ideal para que fuera percibida como una voz «sin género» resultó ser entre 145 y 175 Hz.

También había que tener en cuenta la pronunciación de las vocales y de ciertas consonantes, así como el ritmo. Los creadores de Q le preguntaron a un grupo de gente qué les decía su voz: «Un 50% la percibió sin género, el 26% como masculina y el 24% como femenina, lo cual se traduce en una división bastante equitativa«, explicó Asmussen.

«Como humanos, siempre buscamos otorgarle un género a las voces. Crear una voz que fuera percibida de genero neutro al 100% nunca iba a suceder». Asmussen -quien es graduado en lenguas, medios y comunicación- dice que eso ocurre porque «tenemos estereotipos de género del pasado», que suelen aplicar las empresas a la hora de decidir qué voz usar para un determinado producto.

«Probablemente, mucha gente volverá a esos estereotipos, en lugar de mirar hacia el futuro y decir: ‘¿y si implementamos una tercera opción? ¿y si cambiamos las cosas?‘». «La tecnología, que se supone que debe servir para el progreso de la humanidad y mirar al futuro, está muy anclada en esas viejas normas de género».

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