Punto co: la mina de oro
Durante el SuperBowl, la transmisión de televisión más codiciada del mercado publicitario norteamericano, un anuncio de 30 segundos cuesta más de 5 millones de dólares. Allí solo dos marcas colombianas han aparecido entre los comerciales transmitidos: el café y el dominio .co. Es tan valioso este dominio que actualmente una dirección de internet terminada en .co cuesta el doble que una terminada en .com, la más popular del mundo.
El 4 de marzo, el Gobierno adjudicará la concesión para operar y comercializar el dominio .co. El MinTic ha preparado juiciosamente el proceso, pues se trata de una oportunidad de negocio importante para el país. Durante los últimos diez años, la concesión fue entregada a la firma norteamericana Neustar, cuyo contrato venció, y llegó la hora de una nueva licitación.
Hay más de 1.500 dominios, pero no todos tienen el mismo valor. A cada país le corresponde por derecho propio uno, generalmente, conformado por las dos primeras letras de su nombre. Y como internet es un escenario global, las empresas ambiciosas y las marcas mundiales buscan denominaciones que acentúen la naturaleza de su negocio, razón por la cual .com (que indica que se trata de un sitio web de carácter comercial) es el más apetecido. El país tuvo suerte en la repartición original de dominios, pues le correspondió el .co, atractivo en la economía digital porque, si nuestro país no existiera, ese sería el dominio para company y es el que más se parece al .com.
La ministra Sylvia Constaín espera multiplicar por tres la porción de torta que el país recibirá por la explotación comercial del dominio. En la década que terminó, el Estado colombiano recibió apenas un irrisorio 7 por ciento de los rendimientos del negocio que explotó Neustar, es decir, 41.456 millones de pesos, entre 2009 y septiembre de 2019. Poco para uno de los cinco dominios más apetecidos del mundo, pero así fue adjudicada por el MinTic de entonces; es preciso decir que Neustar recibió el contrato cuando apenas existían 27.000 sitios web que utilizaban el .co, y que la poderosa compañía norteamericana, propiedad del fondo de inversión Golden Gate
Capital, lo entrega con 2,2 millones de direcciones de internet registradas, las cuales comercializó a razón de 30 dólares al año cada una, en promedio. En esta segunda adjudicación, que será otorgada por cinco años, el porcentaje correspondiente a la nación no está definido en 7 por ciento, sino que será un factor de puja. Quien haga una mejor oferta y ofrezca rendimientos superiores para el Estado se queda con el contrato.
La mayoría de los más grandes jugadores del negocio de administrar y comercializar dominios de internet, entre ellos Donuts, Neustar, CentralNic, Dominet y Afilias, están interesados, han participado en las audiencias y enviaron comentarios durante meses. Y hay que resaltar que el Ministerio de las TIC supo escuchar las observaciones críticas recibidas a los pliegos. El jueves en horas de la noche, en un documento de respuesta a las observaciones recibidas de empresas interesadas en participar, anunció que introducirá adendas modificatorias de los pliegos para garantizar una licitación transparente, luego del manto de duda que hubo y que provocó quejas de la mayoría de interesados e investigaciones de medios.
Las quejas surgieron por dos condiciones de participación que, de haberse sostenido, dejarían a la empresa Afilias como única licitante con posibilidades reales de ganar. Una era la exigencia de haber realizado transferencias de un millón de dominios en una sola operación y la otra era gestionar 25 millones de transacciones diarias. Combinadas, solo Afilias las cumplía. Todos los expertos consultados coincidieron en señalar que estos dos requisitos eran innecesarios y no demuestran superioridad técnica en los operadores. De hecho, el más grande operador mundial de dominios, Verisign, no las cumplía. Neustar, CentralNic, Donuts, GoDaddy y otros interesados acusaron favorecimiento a un proponente en la redacción de los pliegos, y así claramente lo expresaron algunos en una audiencia con el MinTic en diciembre.
El MinTic anunció que esta vez tendrá más injerencia en la administración del dominio.
La ministra Constaín explicó que esta licitación fue asesorada por expertos de la UIT (el organismo de Naciones Unidas para las telecomunicaciones), lo cual es cierto. Pero asesorarse de la UIT no garantiza siempre la idoneidad suficiente, como quedó demostrado, y no es verdad que esas condiciones eran estándares internacionales aplicados en otras adjudicaciones en el mundo. Por fortuna, la ministra anunció que esas barreras serán eliminadas, con lo cual el camino de la licitación queda despejado para la participación en igualdad de condiciones de todos los interesados.
El dominio .co es una mina de oro. El único de los grandes operadores que no ha participado en las audiencias es Verisign, el más poderoso del mundo, que tiene a su cargo la administración de los dominios .com y .net, que entre los dos suman más de 150 millones. Pero no está descartada su participación. Otro grande es Afilias, que ha desplegado una estrategia fuerte para participar en el proceso y conformó un equipo asesor en el que participan los exministros Juan Carlos Esguerra y Claudia de Francisco. Y el actual administrador del dominio, Neustar, también ha preparado una fuerte campaña, pero a dos bandas, porque mientras participa en las audiencias y envía comentarios a los pliegos, inició una batalla jurídica contra el Estado colombiano, una vez se conoció que no se le renovaría automáticamente la concesión. Neustar demandó a Colombia en tribunales internacionales y ante el Consejo de Estado. Y es conocida mundialmente una encarnizada guerra comercial entre Afilias y Neustar en varios mercados, como en India y Australia.
Para el analista Nicola Stornelli, hay además un asunto de soberanía nacional: “No podemos cederle a una compañía extranjera el manejo de datos sensibles de empresas y personas de Colombia”, según afirma. En la adjudicación anterior estaba estipulado que la presencia de socios nacionales era el elemento más importante para la calificación de la propuesta; y, de hecho,
Neustar era socio minoritario en la empresa .CO Internet S. A. S., que ganó la licitación, entonces propiedad del empresario Juan Diego Calle.
Pero cuatro años después, Calle vendió por 104 millones de dólares su participación a Neustar, con lo que el requisito de presencia nacional en la compañía operadora fue burlado, gracias a un otrosí que el ministerio estableció ese año. Está en curso una acción popular en contra de ese cambio.
El asunto es que en la licitación actual ni siquiera existe la condición de presencia nacional en las propuestas. La razón que el Gobierno tiene es que, en palabras de la ministra Constaín, este es un mercado global, no es doméstico y, por eso, se invita a oferentes tanto nacionales como internacionales. La realidad muestra que empresas colombianas solo podrían asumir la operación en alianza con alguno de los grandes jugadores mundiales porque se requieren capacidades tecnológicas de escala global y presencia en los cinco continentes, y porque el valor comercial del dominio .co no está dentro de las fronteras del internet colombiano. El 90 por ciento de los registros terminados en .co han sido vendidos en el exterior.
El MinTic anunció que esta vez tendrá más injerencia en la administración del dominio. Un grupo del ministerio, especializado en gobernanza de internet, estará supervisando, con lo cual también se subsanarán errores del pasado contrato.
Las adendas, en las que deberá figurar la eliminación de las barreras que causaron inconformidad, serán publicadas el próximo 27 de enero, y el 31 del presente mes se cerrará la recepción de propuestas. El MinTic se ha planteado el reto de maximizar los beneficios económicos para la Nación y sacarle todo el jugo posible a este activo digital de los colombianos.