No seas el héroe – Se trata de tu cliente, no de vos. La gente se aburre si vos sos el centro de atención de la historia. Por más que hayas sido vos la protagonista o quién salvo a la princesa en la torre del castillo, hacete a un lado y dale el protagonismo a otro.
Un ejemplo que escuché alguna vez: sé el Señor Miyagi y no Daniel San.
Por eso siempre es bueno convertir en un buen relato algún proceso de un paciente o coachee. Contar su proceso de transformación mientras estuvo trabajando contigo. De esta manera, te vas a centrar en su historia y no en la tuya (aunque vos hayas sido parte).
Siii, ya sé. Me dirás: “No Nico, eso debe ser confidencial” No hay que contar todo, no hay que poner nombres reales, no hay que ser 100% literal.
Comenzá por el villano – ¿Quién es el villano? Será el problema que el héroe resolverá en la historia.
Es eso que necesita ser solucionado, lo que le genera el dolor a tu público y que vos como profesional de la ayuda se encargará de resolver.
Plántale esa incógnita al principio, los mantendrá atentos hasta el final.
Dejá lo mejor para el final – ¿Tengo que decirlo? ¿Por qué recordamos “Sexto Sentido” o por qué estuvimos hablando un año sobre el pobre de Jon Snow en Game of Thrones?
Porque en el final se devela el misterio, le damos solución y resolvemos el problema que presentamos al principio.Es lo que llaman el momento “Wow” ¿Nunca viste las conferencias de Steve Jobs? Mirá una y vas a ver de lo que hablo.
El coronavirus nos obligo a estar en casa y las escuelas privadas y públicas no…