Uno de los fraudes más comunes con nuestras tarjetas de crédito es el robo de datos que permite a los delincuentes pagar en comercios o extraer dinero de nuestra cuenta.
A menudo lo hacen sin que nos demos cuenta hasta que vemos el saldo del banco a cero o cargos por servicios que no hemos comprado.
El objetivo de los delincuentes es obtener el PIN y el número de la tarjeta. Con esos dos elementos, el abanico de posibilidades de fraude es amplio.
Hay distintas formas de clonarlas, para una de ellas, la menos sofisticada, solo necesitan una cámara que grabe nuestro PIN cuando lo introducimos y un dispositivo llamado skimmer que lee la banda magnética.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros de México (Condusef), tiene algunos consejos para prevenir que nos roben nuestra información bancaria.
Parece sencillo pero con las prisas a menudo se olvida que solo con tapar con nuestra mano el teclado del cajero mientras introducimos el PIN, a los ladrones les faltará la mitad de la información que necesitan.
Si solo tienen los datos de la banda magnética no podrán hacer nada. Además, nunca deberíamos aceptar la ayuda de un extraño ni olvidar recoger la tarjeta al finalizar la operación. «Si prefieres tirar a la basura tu comprobante, sólo recuerda romperlo lo suficiente para que tus datos no sean claros», dice el organismo.
Por último, si el cajero se traga la tarjeta, no te vayas. Quédate en el lugar y reporta inmediatamente la pérdida. Ten a mano el número de teléfono de tu banco para anular la tarjeta siempre que te sientas expuesto a alguno de estos riesgos.
Muchos expertos coinciden que los cajeros más seguros son los que se encuentran dentro de las entidades bancarias, pues son los que se revisan con más frecuencia para controlar que no se han instalado dispositivos de fraude.
Otro punto caliente son las tiendas, restaurantes y gasolineras. Aunque sea difícil de creer un lector de banda magnética puede esconderse en una mano.
Alguien deshonesto dentro del personal de el negocio, puede clonar tu tarjeta y esperar tranquilamente a mirar cuál es el PIN que introduces al pagar la cuenta. Ya tiene todo lo que necesita.
Por eso, «es muy importante que nunca pierdas de vista tu tarjeta», dicen los expertos de Condusef. No dejes que se la lleven con ningún pretexto lejos de tu alcance y, si puedes, sostén con tu propia mano la máquina para pagar.
Algo más difícil de evitar es cuando es el lector TPV el que está adulterado. Es decir es un dispositivo de cobro falso, no oficial.
«Si sospechas esto, ingresa una clave errónea. Si la compra es aceptada, el dispositivo está clonando tu tarjeta y deberías avisar de inmediato a la policía», explica el Servicio Nacional de Seguridad de Chile.
Pero al pagar en comercios, lo que de verdad no se puede clonar es tu teléfono. El pago a través del celular es uno de los más seguros y está cada vez más extendido. Permite sincronizar tus tarjetas de crédito y tener acceso a ellas cuando lo necesites.
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